«Es un tour acorde a Medellín, la ciudad de la eterna primavera», advierte Daniel Piedrahita, dueño y fundador de Alma del Bosque, mientras el grupo de turistas escucha la historia tomando un tinto con pan de queso.
15.000 orquídeas, 5.000 especies y la promesa de enamorarse con al menos 1.000 plantas espectacularmente florecidas, son parte de la experiencia de Alma del Bosque, el cultivo de flores en La Ceja, a una hora de Medellín.
La empresa exportadora de hortensias y coleccionista de orquídeas ha creado la política de no vender plantas a los turistas que recorran las propiedades, sino de regalarlas. Es por eso que entre la diversificación de producto ofrece tours guiados por las propiedades, venta de libros o cualquier cosa que evite vender a granel las flores. (Ver sitio web)
«Esto yo lo hago así porque cuando regalas una planta generas buena energía. En cambio, si les pongo precio, la gente no lo disfruta y pasa todo el recorrido preguntando cuánto vale esta -planta-, cuánto vale aquella -planta-«, justifica Piedrahita, quien sigue con buen paso hacia una de las 15 hectáreas estampadas de hortensias blancas.
Al entrar al lugar, la vista no se cansa de disfrutar y disfrutar y disfrutar las hortensias de todo tamaño, grosor y altura que producen con un calendario y cuidado estrictamente planificado.
«Aquí vamos a ver de una forma bacana cómo es nuestra producción de hortensias», advierte el ingeniero agrónomo sobre el primer tramo del tour.
Los recorridos son de lunes a sábado, «por un motivo muy sencillo: no tiene sentido que las personas vengan y no descubran el proceso que desarrollamos acá y que tampoco vean a los trabajadores, quienes son parte fundamental de este proyecto y ellos no están los domingos».
Alma del Bosque ofrece tres tipos de tours: el Completo, el Corto y el de las Orquídeas.
El Completo es de aproximadamente 5 horas y cuesta 150.000 pesos colombianos (COP) por persona e incluye almuerzo, refrigerio, tarjeta médica y comprende recorridos por los campos de hortensias, el sendero ecológico y la colorida -pero muy colorida- y diversa colección de orquídeas.
En el caso del tour corto, el tiempo estimado es de 120.000 COP y la diferencia con el anterior, es que no incluye el almuerzo, y toma unas tres horas.
La tercera opción es el tour Orquídeas que cuesta 80.000 COP, es de dos horas y solo se camina por el sendero ecológico cubierto de musgo natural curiosamente floreado de rojo y por la colección de orquídeas, que es impresionante.

Indistintamente la opción que elijas, la experiencia siempre desemboca en el jardín de orquídeas, un espacio que regala sorpresa y roba un pedazo del corazón.
«En el recorrido vimos las diferentes fases que tienen los distintos tipos de flores. Hay tres pintores, que son unos artistas, pintando flores. Nunca lo había llegado a ver», relata Julio Toro, un turista que visitó la propiedad junto a su familia, en la primera quincena de agosto, justo antes de arrancar la Feria de las Flores 2021.
«Es que queda uno… lleno de ver tanta belleza en la naturaleza, la cantidad de colores, de formas; se llena uno el corazón, pues, porque eso es espectacular. Es lo más lindo que yo he visto en cultivos de flores», agregó Toro.
Los recorridos tienen niveles de exigencia mínimos y siempre se hacen sobre senderemos debidamente marcados y trazados.
«Menos es más»

Cada proceso del cultivo y producción en Alma del Bosque, está detalladamente calculado, planificado y monitoreado.
El tiempo no ha pasado en vano y ha sido gran mentor. «No es lo mismo hoy que hace 25 años cuando empezamos como un jardín para mi señora», confiesa Piedrahita entre risas.
Que enderezar las plantas, que podarlas en el tiempo exacto, que regarlas cada diez minutos por diez segundos, que deben crecer hasta cierto punto, que hay que seleccionarlas, que hay que pintarlas, que hay que empacarlas… Todo, absolutamente todo, está planificado.
«Esto es el difícil arte de la sencillez», continúa con parsimonia Piedrahita, justo a la mitad del recorrido, cuando explica cómo la producción es sostenible y amigable con el ambiente.
El tour comienza por los campos de hortensias que son testigos de los conciertos naturales de las aves, se pasa a la empacadora o parte industrial, se interactúa con los trabajadores acostumbrados a las visitas y luego se toma el vehículo por unos cinco o diez minutos y por último se visita la casa del propietario.
La segunda experiencia es imponente, ver el musgo en su estado natural cubriendo el sendero y detalladamente cuidado, causa una reacción magnífica en el asombro.



A los lados hay muchos, pero muchos tipos de orquídeas en el bosque primario y la transición se adorna con palmas, algunas incipientes, otras sólidas, gruesas y delicadamente podadas.
La ruta sigue hacia la parte ‘más baja’ de la propiedad entre un sendero mágico demarcado por lajas y nacientes de agua que brotan como un suspiro de vida desde las entrañas de la tierra.
Cada paso es una conexión más profunda con esa naturaleza que abraza a los extraños, a los ajenos, a los turistas.
Al llegar al vivero, las dos puertas de madera se abren y es donde la magia reactiva la emoción a través de los sentidos.
¿Lo mejor? Alma del Bosque está ahí esperándote.